Posverdad

Con el poder del gancho bien entrenado y la camiseta de funcionario puesta, Arturo Rivera, actual director general de Servicios Públicos Municipales de Ciudad Juárez, volvió al ring, aunque esta vez desde la Plaza de la Mexicanidad, donde se llevó los aplausos como uno de los instructores estelares en la Clase Nacional de Boxeo.

Rivera, quien en su momento fue boxeador profesional, regresó a sus raíces pugilísticas, ahora enfocado en promover el deporte desde la administración pública. Con una mezcla de técnica, carisma y nostalgia, se convirtió en uno de los protagonistas de la jornada, acompañado por otros reconocidos pugilistas como Diana “La Bonita” Juárez, Miky Román, y Juan Carlos “El Ranchero” Ramírez, entre otros.

El alcalde Cruz Pérez Cuéllar, y su esposa Rubí Enríquez encabezó el evento, aprovechando para enviar un mensaje claro desde la frontera: Juárez está en el camino del deporte, la educación y la cultura.

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Traen una revolución intestina en el IMSS-Bienestar, de esas que se cuecen a fuego lento pero terminan en platillo fuerte. Y es que el nuevo orden en el programa de salud universal del país va dejando en claro que Zoé Robledo ya no es el que manda.

Primero vino una reforma al estatuto orgánico que, sin hacer demasiado ruido, cambió el centro de gravedad del sistema: el control financiero ya no está ni en el IMSS ni en Robledo, sino en manos de la Secretaría de Hacienda, que ahora encabeza Édgar Amador Zamora, hombre de todas las confianzas de Palacio.

De paso, desaparecieron seis coordinaciones nacionales, se consolidaron hospitales y sistemas estatales bajo una nueva Coordinación de Operación Regional, y se les dio estructura a los 23 estados ya adheridos. Un rediseño quirúrgico de la operación.

Pero el golpe mayor vino en la Junta de Gobierno del IMSS-Bienestar: el control lo asume el secretario de Salud, David Kershenobich, médico cercano a Sheinbaum, lo que en los hechos significa que el tablero ya se juega desde otra sala.

De tener cinco de diez votos, el IMSS quedó con uno de nueve, lo que deja a Robledo prácticamente como espectador en su propia obra. El resto de los asientos clave los ocupan perfiles cercanos a la presidenta: Eduardo Clark, Ramiro López Elizalde, Martí Batres desde el ISSSTE… todos alineados con el nuevo eje rector de la 4T.

El movimiento es claro: Sheinbaum toma las riendas del sistema de salud para hacerlo funcional, visible y centralizado. Y aunque Robledo fue figura clave en la primera etapa, todo indica que su margen de maniobra quedó reducido al mínimo.

Se viene una nueva etapa para el IMSS-Bienestar, con menos Zoé y más Claudia. Y como en el box, en política también aplican los relevos por decisión técnica.