Posverdad

Apenas se celebraba la salida de Ciudad Juárez del top 10 de las ciudades más violentas del mundo, cuando la realidad dio un golpe de autoridad.

El fin de semana estuvo marcado por 11 homicidios y ataques en centros nocturnos, dejando a Juárez con el 65% de los asesinatos de todo el estado en esos días.

La lección es clara para el doctor César Omar Muñoz, Gilberto Lozoya y Carlos Manuel Salas: no hay margen para bajar la guardia. 

Costó más de una década salir del ranking, pero con números como estos, el regreso podría ser más rápido de lo que costó salir.

La clave será la coordinación entre niveles de gobierno y fuerzas de seguridad, pero sobre todo, evitar la complacencia. Porque si la violencia se recrudece, los números hablarán por sí solos… y Juárez podría volver a la lista negra antes de lo esperado.

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El fin de semana, la arena política estuvo en Chihuahua capital, donde la gobernadora Maru Campos rindió su informe, y entre los invitados de honor destacó el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar.

Aprovechó la ocasión para saludar a aliados y no aliados, porque en la política los encuentros casuales a veces dicen más que los discursos.

Pero más allá del desfile de figuras, lo que realmente llamó la atención fue el anuncio oficial sobre la construcción del Centro de Convenciones en la frontera, un proyecto que ha sido más una promesa eterna que una realidad tangible.

Desde hace 20 años, empresarios y gobiernos han hablado de él, se han recaudado impuestos para su construcción, pero nunca ha pasado de ser un "ya merito". Ahora, se promete un impulso institucional, pero la pregunta es: ¿será suficiente para que finalmente se traduzca en obra y no en otro episodio de buenas intenciones?