Posverdad

*Geo Bujanda, la CEDH y el voto nulo como arma parlamentaria
*Juárez mira al Pacífico: la apuesta internacional de Cruz Pérez Cuéllar
Por: Redacción 30 Abril 2025 06 51
En Chihuahua, el Congreso no eligió presidenta de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Y no fue por falta de votos, sino por un mecanismo que —aunque legal— exhibe el filo de la estrategia política cuando se prefiere bloquear antes que construir.
Morena decidió anular sus doce votos y dejó a Georgina Bujanda Ríos a solo uno de lograr la mayoría calificada. Dos veces.
La operación no fue improvisada. Tampoco silenciosa. La bancada morenista se plantó con una postura clara: impedir que la exdiputada panista asumiera el liderazgo del organismo que, por esencia, debe ser incómodo para el poder. Y aunque Morena no gobierna Chihuahua, sí ejerce su poder en el Congreso como minoría con capacidad de veto. Porque en política, doce votos bien coordinados valen más que veinte dispersos.
Geo Bujanda recibió 21 votos, insuficientes frente al umbral de 22 que exige la Constitución local. Nadie más recibió un solo sufragio. No hubo sorpresas ni fracturas. Lo que sí hubo fue una demostración de músculo opositor, de resistencia pura, aunque también de los límites del acuerdo interpartidista.
La sesión fue ruidosa. Se cruzaron acusaciones, se exigieron expulsiones, y se evidenció la fragilidad del pacto legislativo. Al final, la decisión regresa a la Junta de Coordinación Política, ese espacio donde los partidos negocian con más pragmatismo que ideología. Ahí se volverá a tejer una terna, quizá con nuevos nombres, quizá con los mismos, pero con una consigna clara: nadie se impondrá sin diálogo.
Morena ya dejó claro que puede vetar. El PAN deberá decidir si insiste o negocia.
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Mientras algunos alcaldes se concentran sólo en baches y luminarias, Cruz Pérez Cuéllar mueve sus piezas en otro tablero: el internacional. El presidente municipal de Ciudad Juárez recibió a empresarios taiwaneses en las instalaciones de Wistron México, una visita que puede parecer rutinaria, pero que en el contexto geopolítico y económico actual, adquiere una carga simbólica y estratégica.
Pérez Cuéllar no es ajeno a los reflectores. Sabe medir los momentos y las señales. El mensaje que publicó en redes —“¡Juárez se abre al mundo!”— no solo fue entusiasta, sino intencionadamente diplomático. Con ello, el alcalde buscó posicionarse como interlocutor de confianza para el capital asiático, al mismo tiempo que se proyecta como operador económico con visión global.
Wistron, uno de los gigantes tecnológicos taiwaneses, no llegó ayer a Juárez. Pero la recepción del alcalde y su gesto político son oportunos en una coyuntura donde México se encuentra en la encrucijada del “nearshoring” y las tensiones entre China y Estados Unidos han reconfigurado rutas de inversión. Ciudad Juárez, por su ubicación, puede convertirse en el epicentro del ensamble mundial. Pérez Cuéllar quiere ser el alcalde que capitalizó esa oportunidad.
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