Posverdad

Tras seis meses de mantener el motor encendido pero sin pisar el acelerador a fondo, la delegada estatal de Bienestar, Mayra Chávez, decidió meter segunda. Y lo hace con potencia: este miércoles llega a Ciudad Juárez con tres eventos masivos de mil 500 personas cada uno, lo que suma un operativo de 4 mil 500 beneficiarios en un solo día. El escenario: el oratorio Salesiano Lupita, en la colonia Morelos III.

La misión es clara: entregar las nuevas tarjetas de los programas Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y Mujeres Bienestar, dos de los bastiones más visibles del obradorismo social, ahora bajo el sello de Claudia Sheinbaum.

En lo operativo, será una muestra de fuerza logística. En lo político, un termómetro real del alcance y penetración que ha ido retomando la Delegación del Bienestar, luego de meses de ajustes internos tras el relevo sexenal. Mayra Chávez, quien llegó al cargo sin hacer mucho ruido, comienza a perfilarse como una figura que sabe construir en territorio. No desde la estridencia, pero sí desde el contacto directo.

Y no es casualidad que el arranque de esta nueva etapa ocurra en Juárez, la ciudad más grande del estado, donde Morena quiere consolidar su influencia y donde las políticas sociales son también termómetro electoral. Porque en estos eventos no solo se reparten tarjetas: se mide organización, se afianzan estructuras y se marca presencia.

El oratorio Salesiano, epicentro de estos eventos, será por unas horas más que un centro comunitario: será el punto de encuentro entre el poder federal, las bases sociales y la narrativa de bienestar que busca mantenerse vigente en el norte del país.

Así que sí, Mayra metió segunda. Y si no hay baches en el camino, pronto podría estar subiendo más de una velocidad.

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En medio del fuego cruzado que vive la Secretaría de Bienestar por los señalamientos de diputadas de Morena, el presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, no se quedó al margen y decidió poner la cara por Ariadna Montiel. No fue un tibio respaldo: fue un espaldarazo con nombre y trayectoria.

"Es una funcionaria capaz y entregada", dijo sin titubeos el alcalde, recordando que Montiel no solo llegó al gabinete obradorista, sino que se mantuvo en el de Claudia Sheinbaum. Y en tiempos donde las lealtades dentro de Morena pesan casi tanto como los resultados, ese es un mensaje político con varias lecturas.

Porque mientras en la Cámara de Diputados se arma el barullo y Ricardo Monreal entra en modo bombero para apagar la inconformidad de su bancada, Cruz se lanza con una postura que lo desmarca de los reclamos. Y de paso, se anota como aliado visible de Montiel, en momentos en que el mapa interno de Morena está en plena reconfiguración.

No es menor que el alcalde de la frontera más poblada del país decida meter las manos por una secretaria federal. Habla no solo del nivel de interlocución que mantiene con el centro, sino también de su olfato para leer los vientos políticos. A fin de cuentas, en un gabinete que apenas arranca, los respaldos cuentan doble.