Posverdad
*María Antonieta Mendoza: el puente en medio del conflicto por la basura
*Proteccionismo textil: una jugada de política exterior en clave Trump
Por: Redacción 20 Diciembre 2024 05 51
En medio de una protesta que tensó el ambiente al exterior de la Presidencia Municipal, la directora de Atención Ciudadana, María Antonieta Mendoza, tomó el control del diálogo y demostró que la política también puede ejercerse desde la empatía.
Integrantes de la Sociedad Cooperativa de Seleccionadores de Materiales (SOCOSEMA), preocupados por perder su concesión en el relleno sanitario ante el nuevo proyecto de la Dirección de Limpia, alzaron la voz.
En respuesta, Mendoza no solo escuchó sus inquietudes, sino que facilitó una reunión con el director de Servicios Públicos, Arturo Rivera, y con el titular de Limpia, Gibrán Solís, pactando un encuentro para el día siguiente.
La intervención de Mendoza convirtió una manifestación con potencial de conflicto en un ejercicio de negociación política que dejó abierta la puerta para soluciones.
Maria Antonieta ya dio el primer paso, ahora queda esperar si el diálogo cristaliza en soluciones o solo en promesas pasajeras.
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Si alguien se pregunta de dónde viene el renovado entusiasmo por el proteccionismo textil, no es de Palacio Nacional, sino de Mar-a-Lago, epicentro del trumpismo. La propuesta de Marcelo Ebrard, que plantea aranceles temporales de hasta el 35% para confeccionados y 15% para textiles, no solo busca reactivar al sector mexicano, sino que también funciona como un guiño al próximo presidente estadounidense: Donald Trump.
La presidenta Claudia Sheinbaum ya dio su aval y el decreto está a horas de ser promulgado. México, tradicionalmente abierto en términos comerciales, da un giro proteccionista. No es casualidad. Con Trump al mando, la lógica es clara: si México no impone barreras a productos chinos, Estados Unidos lo hará, y los mexicanos sufrirán doblemente.
Aunque aseguren que esta medida no tiene en la mira a plataformas como Temu o Shein, la realidad es otra. La inundación de ropa barata y accesible, muchas veces de cuestionable calidad, no podía pasar desapercibida. Sin embargo, el dilema persiste: ¿este proteccionismo realmente beneficiará al consumidor mexicano, acostumbrado a precios bajos pero con opciones limitadas de calidad accesible?
El mensaje parece claro: México no solo protege su industria, sino que también posiciona su política comercial como una estrategia de largo alcance para agradar al vecino del norte. El tiempo dirá si la jugada fortalece al sector textil nacional o si, como ocurre a menudo, los consumidores terminan pagando la factura.
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