Posverdad

Maru Campos, está desplegando una red estratégica de estaciones hidrométricas en la cuenca del Conchos, buscando una herramienta clave para evitar futuras crisis político-sociales. 

Con Mauro Parada al frente de la Secretaría de Desarrollo Rural, esta tecnología es la nueva carta de Chihuahua en el juego del agua, crucial para medir y prever el flujo del Conchos al río Bravo, especialmente al monitorear los volúmenes trasvasados a Tamaulipas, Nuevo León y Texas.

La colocación de una estación en Ojinaga el año pasado fue el primer paso; ahora, se planea una más por la entrada de agua a la presa Las Vírgenes, para vigilar cuánta agua se "pierde" antes de cruzar a la frontera. Esto no es solo un tema de cifras: busca cuestionar la teoría federal de que liberar presas beneficia a todos, cuando en años de buenas lluvias los excedentes, y no el recurso básico, deberían ser los destinados a cubrir el Tratado de Aguas de 1944.

Además de esclarecer la medición del flujo, esta red también podría evitar conflictos como los de 2020, cuando la “guerra del agua” enfrentó a productores con la Guardia Nacional y militares.

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La gobernadora Maru Campos y el secretario de Seguridad de Chihuahua, Gilberto Loya, se reunieron con el hombre fuerte de seguridad federal, Omar García Harfuch, en lo que promete ser un parteaguas en la coordinación entre ambos niveles de gobierno. La presencia de Harfuch —conocido por ser un estratega poco inclinado a los “abrazos”— mostró que en la agenda de Sheinbaum la seguridad viene con un tono de contundencia.

En el encuentro se habló de reforzar la coordinación, especialmente para ir tras los “generadores de violencia”, un eufemismo que no pierde peso cuando los datos revelan una triste constante: Chihuahua sigue siendo uno de los estados más castigados por la violencia, con epicentros en Juárez, el sur serrano y ahora también la franja que conecta Ojinaga con Jiménez.

La estrategia estatal, impulsada por la Plataforma Centinela, permite que la Guardia Nacional ya esté integrada con los operativos de la Policía del Estado. Con Harfuch, un conocido entusiasta de la tecnología de punta, el camino para alinear tácticas parece estar despejado; el reto será llevar estas promesas a pie de calle y que la estadística por fin empiece a cambiar.