Posverdad

La salida de Arturo Rivera Barreno de la Dirección General de Servicios Públicos Municipales no pasó desapercibida en el primer círculo del gobierno municipal. Aunque oficialmente fue por “motivos personales”, la renuncia ocurre en un momento clave: a poco más de un año del cierre de administración y con ajustes en áreas sensibles.

Rivera era uno de los funcionarios más cercanos al alcalde Cruz Pérez Cuéllar. Coordinó operativos visibles y de impacto directo, como las cruzadas nocturnas de limpieza y la mejora del alumbrado en zonas comerciales y populares. Fue también Oficial Mayor en los primeros compases del gobierno, y su permanencia en puestos clave durante casi todo el trienio no es menor.

Su salida obliga a revisar el tablero. Servicios Públicos es una de las dependencias con mayor exposición ciudadana y alto grado de operación territorial. El relevo que venga será observado con lupa, no solo por el perfil técnico, sino por el político: ¿vendrá de adentro del gabinete, o será una señal de realineamiento de cara al 2027?

En la administración juarense ya se han movido varias piezas en las últimas semanas.

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Con el 100% de los paquetes computados, el proceso para elegir a las nuevas magistraturas del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua llega a su desenlace. 

Y como en todo proceso político, los números dejan algo más que votos: dibujan los bloques de poder que influirán en las decisiones judiciales en los próximos años.

En lo inmediato, el nombre que más resuena es el de Marcela Herrera Sandoval, quien con 121,835 votos no solo fue la más votada de toda la elección, sino que se perfila para asumir la presidencia del TSJ en septiembre. La jueza familiar supo capitalizar su estructura, visibilidad y confianza interna para colocarse al frente de un Poder Judicial que estrenará rostro… y liderazgo.

En materia penal, la dupla Claudia Campos Núñez y Gerardo Acosta Barrera llega con fuerza, al ser los más votados del bloque. La votación cerrada entre los primeros seis nombres refleja una competencia feroz entre corrientes internas, donde operaron estructuras gremiales, vínculos académicos y hasta simpatías partidistas.

En lo civil, Yamil Athie Gómez arrasó con 110 mil votos, un resultado que confirma que su nombre ya traía respaldo dentro y fuera del Tribunal. Le sigue una fila de candidatas y candidatos con perfil técnico, pero que también jugaron en alianzas de coyuntura entre operadores del PAN y Morena, particularmente en Juárez y la capital.

Pero la sorpresa estuvo en disciplina judicial, donde el abogado Francisco Javier Acosta Molina se impuso con claridad. Esta área, la más delicada en términos de control institucional, será clave para los equilibrios entre los recién llegados y quienes aún tienen poder en la Judicatura.

El gran ausente, por supuesto, fue el entusiasmo ciudadano: una participación entre el 10 y 12% confirma que el experimento de elección judicial sigue siendo, en el mejor de los casos, una figura en construcción. Pero los que sí votaron, marcaron ruta.