Científicos revelan que ¡las ratas sienten empatía!

Un grupo de científicos estudió y analizó el comportamiento de los roedores y encontraron que son capaces de presentar empatía entre ellos, incluso se ponen antes que a sus primeros instintos animales.
Por: Redacción 28 Octubre 2019 09 29
En 2011, científicos de la Universidad de Chicago experimentaron con parejas de ratas al interior de un contenedor: una encerrada en una caja transparente con una pequeña puerta mientras la otra podía hacer lo que quisiera. La rata encerrada invariablemente emitía sonidos de desesperación. Después de una semana, 23 de las 30 ratas libres aprendieron a abrir la puerta y liberar a la rata que estaba encerrada (la ayudaban a “escapar de la prisión”).
El estudio arrojó varias sorpresas:
1 Cuando en la caja interior los científicos ponían una rata de peluche o nada, la rata de fuera no se molestaba en abrir la puerta, aunque ya la tuviera dominada, lo que significa que liberar a su compañera era su propósito principal.
2 Para complicarles las cosas, los científicos pusieron después dos cajas dentro del contenedor. En una encerraron una rata de verdad y en la otra pusieron trocitos de chocolate con leche que les encantan.
Los investigadores pensaron que las ratas de fuera abrirían primero la caja con el chocolate, se lo comerían solitas y luego liberarían a la rata encerrada, pero, ¡sorpresa! Casi todas las ratas liberaron primero a su amiga presa y la llevaron a abrir la otra caja compartiendo las golosinas, o sacando el chocolate y poniéndolo frente a la recién liberada. Esa generosidad (altruismo) dejó a todos verdaderamente sorprendidos.
3 Como las ratas del experimento anterior eran de igual especie y color, en 2014 investigadores de la misma Universidad ampliaron el experimento: comprobaron que las ratas blancas “libres” liberaban a las ratas blancas encerradas. Pero ¿qué pasaría si ponían una rata de otra especie y color uno oscuro? Pues no, no la ayudaron.
Entonces ¿las ratas son racistas? Los científicos quisieron averiguarlo, así que les permitieron a las ratas blancas convivir con una rata oscura durante un tiempo. Después, repitieron el experimento: en varios contenedores, las ratas oscuras estaban encerradas y las blancas no. ¿Sabes qué pasó? Aunque sólo habían conocido a una rata oscura y no era ninguna de las encerradas, las blancas habían aprendido a convivir con ella ¡y ahora sí liberaron también a las oscuras!
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