Posverdad

*Morena, el decálogo y los demonios internos
*Cruz toma la batuta y lanza AALMAC en modo conciliador
Por: Redacción 05 Mayo 2025 06 39
Claudia Sheinbaum acaba de poner lápiz fino a la nueva etapa de Morena, con un decálogo que más que una guía ética parece un espejo donde muchos no querrán verse reflejados.
El documento enviado al Consejo Nacional del partido no sólo perfila lo que se espera rumbo al 2027, sino también a quién se le están marcando los límites.
Con frases que retumban más que un discurso de cierre de campaña, Sheinbaum atajó sin nombres los excesos visibles: helicópteros, camionetas blindadas, ropa de marca y el clásico séquito del “compa que ya se siente gobernador”.
Morena, dijo la presidenta, no puede repetir los vicios del pasado. Pero lo cierto es que esos vicios ya tienen nombre y rostro, y algunos andan en la galopada sin disimulo.
Hay algo más profundo en este decálogo: es una advertencia a los adelantados, como Andrea Chávez, cuya promoción abierta en Chihuahua —con espectaculares, brigadas médicas y ambulancias rotuladas— terminó por encender los focos rojos. No es coincidencia que el exhorto llegue justo después de las denuncias por campaña anticipada y uso de recursos privados. Es una manera elegante de poner orden sin tener que dar manotazo.
Desde Palacio Nacional se leía que Sheinbaum traía bajo el brazo no sólo una carta, sino un código político para evitar que la transición se le descomponga en las manos. Sabe que para mantener la narrativa de honestidad necesita más que repetir frases del obradorismo: necesita disciplina de partido.
Y ese control pasa, claro, por las encuestas. Ahí donde algunos se ven ya con el bastón de mando local, el mensaje es claro: “será el pueblo quien decida”, pero bajo el ojo vigilante de una Comisión de Elecciones fortalecida y con encuestas transparentes… algo que, dicho sea de paso, no siempre ha ocurrido.
El tema del crimen organizado también ocupa un sitio central. El mensaje es tan obvio como incómodo: Morena no puede permitirse candidaturas manchadas. No más abrazos a conveniencia, ni tolerancia a operadores que se cruzan la línea. La ética ya no será un lujo, será el filtro.
Por ahora, Sheinbaum marca la cancha. Falta ver cuántos de sus jugadores juegan limpio… o si algunos ya entraron con el pie por delante.
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Cruz Pérez Cuéllar se puso la del capitán y tomó la iniciativa en algo que hacía falta en Chihuahua: un bloque de municipios que sepa plantarse ante la Federación y el Estado sin importar el color de la camiseta. Con la creación de la Asociación de Autoridades Locales de México A.C. (AALMAC), versión chihuahuense, el alcalde juarense se anota una jugada de alto calibre político.
La narrativa con la que Cruz presentó esta alianza fue clara: nada de grilla barata. El discurso fue de unidad, de visión municipalista y —por si quedaba duda— de alejarse del ruido partidista para colocarse en una figura de articulador. Y no es menor. Lo que logra con esta movida es algo que pocos alcaldes consiguen: volverse el centro de gravedad del poder local en el estado.
Porque aquí el mensaje va con dedicatoria. No es un secreto que el gobierno estatal, encabezado por Maru Campos, ha tenido una relación tensa con ciertos alcaldes morenistas —empezando por el propio Cruz—. Lo que hace el edil es consolidar un frente de presidentes municipales, incluso de otros partidos, para tener un contrapeso real en la negociación de recursos y programas.
En el fondo, AALMAC es la vía institucional para decirle al gobierno estatal: “Ya no más cada quien por su lado; ahora vamos en grupo y con agenda”. Y lo interesante es que el bloque incluye al PAN, PRI, PT, PVEM y Morena, lo cual revela que más allá de los discursos, hay alcaldes dispuestos a bajarle al pleito y subirle a la gestión.
Para Cruz Pérez Cuéllar, esto no es sólo una acción de gobernanza: es una plataforma. Desde aquí puede proyectarse más allá de Juárez, sumar puntos entre alcaldes y reforzar su perfil como operador político confiable, especialmente en tiempos donde se cocinan alineamientos rumbo al 2027.
Pero la AALMAC no debe quedarse en papel mojado. Si este bloque se consolida con resultados —carreteras, agua, recursos educativos, techos financieros— será también un aviso a los gobiernos estatal y federal: los municipios ya no son “el nivel más bajo”, sino el más organizado.
Y en un estado como Chihuahua, con sequía presupuestal y política, eso es una sacudida al tablero.
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