Posverdad

En el Distrito 6, bastión del panismo más duro en Chihuahua, ganaron con claridad las ministras identificadas con la Cuarta Transformación: Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz. No fue una sorpresa, pero sí una confirmación de algo que en la grilla ya se daba por hecho: Palacio Nacional no se metió en la elección federal del Poder Judicial.

Mientras que en las magistraturas estatales se vivió una competencia intensa entre grupos morenistas y aliados del oficialismo local, la contienda por las sillas de la Suprema Corte se resolvió casi por inercia. Ni Olivia Aguirre ni Sergio Molina —los dos chihuahuenses con aspiraciones nacionales— lograron posicionarse entre los punteros. A la doctora Aguirre le fue relativamente mejor en la capital, pero el respaldo fue insuficiente.

La diferencia es clave. En lo local, el morenismo desplegó estructura y buscó quedarse con el control del Tribunal Superior de Justicia. En cambio, en lo federal no hubo operación. Las “listas guindas” entraron como cuchillo en mantequilla, sin obstáculos. El voto disciplinado, el arrastre presidencial y la apatía general hicieron el resto.

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A menos de 24 horas de haber sido firmada por Donald Trump, este miércoles entró en vigor la orden ejecutiva que eleva de 25% a 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, incluidos los provenientes de México. 

La medida fue justificada por el expresidente y actual candidato republicano como una acción para proteger a la industria nacional y garantizar la seguridad económica y militar de Estados Unidos.

Ante el anuncio, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, instruyó al secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon, a Washington para sostener reuniones con representantes del Gobierno estadounidense. 

La Casa Blanca argumentó que el arancel original del 25% no había sido suficiente para que las industrias nacionales alcanzaran niveles óptimos de producción, necesarios –según la orden ejecutiva– para cumplir con las “necesidades proyectadas de defensa nacional”.

El incremento arancelario ha generado inquietud en sectores empresariales de ambos países, debido al impacto potencial en cadenas de suministro y costos de manufactura, especialmente en la región fronteriza. 

Ebrard, quien encabeza la relación económica con América del Norte, señaló que México apostará por el diálogo diplomático y el uso de los mecanismos del T-MEC para impugnar decisiones que afecten el comercio bilateral.