Posverdad

Quien salió a la luz del sol nuevamente fue la exregidora Austria Galindo, quien acompañó al representante de la Gobernadora, Óscar Ibañez, en un evento que no tardó en encender la grilla en los chats azules del PAN. 

Y no es para menos, pues desde hace meses se viene escuchando que Galindo está moviendo las piezas para conseguir una subsecretaría en la frontera.

La presencia de Galindo no pasó desapercibida, especialmente porque se le vio alineada con el equipo de Ibañez, una figura cercana a la Gobernadora Maru Campos. 

En los círculos internos del PAN, se comenta que esta aparición no es casualidad, sino más bien un movimiento estratégico para posicionarse en algún puesto clave dentro del gabinete estatal.

Unos ven en Galindo una carta fuerte para reforzar la presencia del PAN en la frontera, otros consideran que su reaparición no es más que un intento de capitalizar viejas alianzas. Lo cierto es que Austria sabe jugar el juego político, y su cercanía con algunos actores clave del partido podría darle ventaja en esta nueva etapa.
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El pasado viernes, mientras cerraba el registro para aspirantes a jueces y magistrados locales, entró en vigor la polémica Ley Marro, que pone en marcha un inédito proceso de elección ciudadana para la integración del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y el nuevo Tribunal de Disciplina. El reloj ya corre, y con él, los dolores de cabeza para las autoridades electorales y los propios candidatos.

La presidenta del Instituto Estatal Electoral, Yanko Durán, tendrá la responsabilidad de llevar a cabo un proceso sin precedentes en Chihuahua. Si bien la operación será más pequeña que una elección política, la complejidad no es menor. 

Las boletas no serán simples: cada ciudadano deberá seleccionar 10 magistrados por materia, 5 para el Tribunal de Disciplina y 10 jueces por cada materia en su distrito judicial. En otras palabras, las urnas estarán llenas de papel y las mentes de confusión.

Mientras el IEE corre contra el tiempo para organizar la infraestructura electoral, los Comités de Evaluación están afinando los últimos detalles para palomear o cepillar candidatos. 

Sin embargo, el proceso sigue envuelto en la incertidumbre, pues la Ley Marro deja áreas grises en puntos clave, como las campañas electorales y los criterios específicos para las evaluaciones finales.