Posverdad

*Andrea Chávez baja la cortina… ¿o deja correr la obra?
*Maru y el látigo: advertencia de gabinete con sonrisa incluida
Por: Redacción 25 Junio 2025 06 54
Con una declaración tan firme como calculada, Andrea Chávez Treviño, senadora juarense de Morena, salió al paso de los rumores que la colocaban como la próxima presidenta del Senado.
Asegura que no busca ese cargo. Lo dice sin titubeos: no hay plan A, ni plan B. Pero, como en política, a veces el silencio pesa más que las palabras, su negativa deja más preguntas que respuestas.
En los pasillos del Congreso ya la veían en la silla que dejará vacante Gerardo Fernández Noroña a partir del 1 de septiembre. Mujer joven, aguerrida y con buen cartel en Morena Nacional.
Pero la propia Andrea prefirió apagar la vela antes de que la flama creciera. Argumenta que su prioridad es “representar a Chihuahua” y no “moderar” debates o dar la palabra, como si ser presidenta del Senado la obligara a archivar su tono combativo.
¿Fue una renuncia auténtica a una oportunidad, o una retirada estratégica para evitar fricciones internas? Porque en Morena, las decisiones no sólo se toman por méritos; también pesan los equilibrios de poder, los respaldos territoriales y, claro, las bendiciones del centro.
Lo cierto es que Andrea ha optado por quemar suela. Hará una gira por los 67 municipios de Chihuahua durante el receso legislativo, lo que más bien suena a mapa de ruta para... lo que venga en el 2027.
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La gobernadora Maru Campos no necesitó más de siete palabras para sacudir el avispero político en Chihuahua: “Quien se porte mal, le va mal”. La frase, lanzada con tono casual pero cargada de filo, dejó claro que los rumores de ajustes en su gabinete no sólo son ciertos, sino inminentes.
Ocurrió en Delicias, al término de un evento sobre infraestructura agrícola. En apariencia, era una gira técnica más; en el fondo, fue una advertencia pública con destinatario privado. Maru dejó entrever que el tablero estatal se mueve, y quien no entienda la lógica interna del equipo, puede quedar fuera del juego.
El mensaje es claro: no basta con ser leal, también hay que ser eficiente. Y no se trata sólo de castigar deslealtades —como algunos en Palacio de Gobierno ya interpretaron con recelo—, sino de limpiar la imagen de un gabinete donde ya hay desgaste, omisiones y hasta reclamos ciudadanos.
La mandataria panista ha demostrado que sabe jugar con firmeza, sin necesidad de grandes gritos. Sus movimientos son quirúrgicos, pero no menos duros.
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