Posverdad

En medio del debate por las tarifas eléctricas, los apagones y el desbalance industrial-ambiental que aqueja a la frontera, el Gobierno del Estado decidió mover ficha en Ciudad Juárez con el nombramiento de Alejandro Hernández Estrella al frente de la oficina de enlace de la Agencia Estatal de Desarrollo Energético (AEDE).

No es menor el contexto: mientras el norte del país concentra buena parte de la demanda energética por el empuje maquilador, también enfrenta rezagos en infraestructura y conexión con fuentes limpias. De ahí que el nuevo nombramiento, aunque discreto en forma, tenga fondo estratégico.

Hernández Estrella no es improvisado. Con casi dos décadas en el sector —incluyendo cargos clave en la CFE y proyectos solares privados—, llega a instalarse en el corazón administrativo del Pueblito Mexicano con una misión clara: convertir la AEDE en ventanilla útil para quienes quieran transitar hacia energías limpias, en especial las fotovoltaicas.

La instrucción parece ser que esta oficina no se quede en discurso, sino que dé resultados. 

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En la guerra de declaraciones que ya se asoma en Morena rumbo al 2027, una frase encendió los radares políticos: que Ariadna Montiel no irá por ninguna candidatura. Pero en política, lo que se da por sentado sin estar firmado, puede ser apenas el primer disparo.

La presidenta estatal de Morena, Brighite Granados, soltó esa afirmación como quien marca territorio. Pero la delegada del Bienestar en Chihuahua, Mayra Chávez, no tardó en responder: “Me parece aventurado”. Más que una defensa, fue un recordatorio de que Ariadna Montiel no está fuera del tablero… ni lo estará tan fácil.

Chávez no escatimó elogios: una mujer reconocida por la presidenta Sheinbaum como “la mejor organizada”, que ha recorrido el estado más que muchos y que, ojo, “todos le han pedido apoyo”. ¿Mensaje para quienes ya se sienten con el bastón de mando en mano?

Montiel, hasta ahora, ha sabido mantener un perfil institucional, sin escándalos ni excesos, pero con una estructura poderosa: el aparato del Bienestar. Su cercanía con las bases y su activismo territorial la colocan como una figura incómoda para quienes buscan controlar las postulaciones desde los comités estatales.