Posverdad

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no escatimó en las porras hacia Cruz Pérez Cuéllar, alcalde de Ciudad Juárez, durante su visita a la frontera. Reconoció en repetidas ocasiones la hospitalidad del presidente municipal y destacó el impulso que ha dado al proyecto de los Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI).

El respaldo quedó claro durante la develación de la placa inaugural, donde funcionarios del gabinete federal concedieron un lugar central a Pérez Cuéllar, quien jaló la cortina junto a Sheinbaum. Un gesto simbólico que subrayó la estrecha coordinación entre ambos niveles de gobierno.

“La idea de los CECI surge aquí, en Juárez, gracias al apoyo del alcalde, Cruz Pérez Cuéllar y su esposa, Rubí Enríquez, presidenta del DIF Municipal”, mencionó Sheinbaum. Estos centros, diseñados para quienes no son derechohabientes del IMSS, tendrán su origen en esta ciudad y serán replicados en el resto del país, marcando un precedente en la política de cuidado infantil.

El evento no solo consolidó la alianza Estado-Municipio, sino que también posicionó a Pérez Cuéllar como un actor clave en iniciativas nacionales.

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En medio del ambiente polarizado que domina la política nacional, un hecho digno de análisis ha comenzado a tomar forma: el regreso de la cortesía institucional entre Claudia Sheinbaum, Maru Campos y Cruz Pérez Cuéllar.

Este nuevo aire de cooperación tuvo su reflejo más reciente durante la gira presidencial en Chihuahua, donde Sheinbaum no solo compartió espacios con la gobernadora Campos, sino que la defendió públicamente de prácticas porril aún presentes en algunos sectores de Morena. Con un gesto que sorprendió a propios y extraños, la presidenta no solo llamó al respeto mutuo, sino que selló su postura con un abrazo a la mandataria estatal.

El mensaje no pasó desapercibido en lo local. La posibilidad de ver agendas compartidas entre Maru y Cruz, antes marcadas por distancias evidentes, parece cada vez más viable. Si bien las diferencias persisten, este tratado tácito de respeto y colaboración podría redefinir la relación política en Chihuahua, dejando entrever que el pragmatismo y los intereses comunes pueden ser el puente que tanto se necesitaba.

La pregunta es si esta nueva dinámica será la norma o solo una tregua estratégica. Lo cierto es que, en tiempos de divisiones, gestos como estos no solo son necesarios, sino también refrescantes.