Posverdad

En Ciudad Juárez, donde la seguridad pública es la exigencia constante del empresariado y la ciudadanía, el fiscal César Jáuregui Moreno decidió jugar de visitante… pero con mensaje de poder.

Durante la sesión mensual de la Mesa de Seguridad y Justicia —celebrada, nada menos, que en el Consulado de Estados Unidos—, el fiscal general no solo hizo acto de presencia, también marcó territorio y reafirmó el control político de su oficina en el combate a los delitos de alto impacto.

La reunión fue significativa no solo por lo que se dijo, sino por quiénes estuvieron: los pesos pesados del aparato de seguridad estatal, incluidos los fiscales regionales y especializados, además de mandos y representantes civiles. Entre ellos, Arturo Velasco, quien recibió un reconocimiento justo cuando se despide de Operaciones Estratégicas.

Jáuregui habló con claridad: se están cerrando filas para frenar la violencia y consolidar resultados. Pero más allá de los datos, su presencia fue lectura política: no hay vacío en la Fiscalía y el control de la estrategia se mantiene firme desde la cabeza.

La coordinación con la Policía Estatal y Municipal fue otro de los ejes. Aunque se sabe que no siempre corren en sincronía total, la narrativa fue de unidad, justo cuando más se necesita mostrar cohesión tras las recientes masacres y asesinatos que tienen a Juárez nuevamente en alerta.

La sede consular tampoco fue casual. En tiempos donde la cooperación bilateral en materia de seguridad vuelve a estar bajo escrutinio, el mensaje también fue hacia el exterior: la Fiscalía quiere proyectar institucionalidad, compromiso y capacidad operativa.

En resumen, Jáuregui no solo fue a rendir cuentas: fue a enviar un mensaje. En Juárez, la seguridad no se abandona… y el mando tampoco.

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La gobernadora Maru Campos sabe bien que Juárez es la joya de la corona en términos económicos, y por eso no está dispuesta a dejar que se tambalee. Esta semana, la mandataria estatal mandó un mensaje claro a la industria maquiladora: no están solos, el Gobierno está ajustando fichas para que no se vayan.

En un contexto donde se ha hablado de salidas, reubicaciones y hasta cierres de algunas plantas, la gobernadora fue enfática: los cambios geopolíticos y geoeconómicos están redefiniendo los modelos de negocio a nivel global, y eso también obliga a Chihuahua a hacer lo propio. “Juárez sigue siendo la cabeza de la competitividad y de la exportación… y no vamos a dejar que esto crezca”, dijo con tono firme.

Lo que subyace es una estrategia de contención, pero también de reconfiguración, porque no solo se trata de ofrecer estímulos, sino de alinear políticas públicas con una economía que ya no es la misma de hace cinco años. En el fondo, Campos Galván quiere blindar a la frontera más allá del nearshoring: quiere que las maquilas inviertan con certezas, no con promesas al aire.

Aunque no dio detalles específicos, dejó ver que se están diseñando incentivos y ajustes en normativas para hacer más atractiva la permanencia en la región. El mensaje va también para Washington y CDMX: Chihuahua quiere seguir siendo clave en el tablero comercial, y Juárez su punta de lanza.