Limpian los huesos de sus difuntos; así celebran día de muertos

En el estado de Campeche, al sureste del país, está el pueblo de Pomuch, el cual cuenta en esta época del año justo antes del Día de Muertos con otra curiosa tradición que logra atraer a cientos de turistas. 

La limpieza de los huesos de sus familiares es el ritual que en maya se conoce como Choo Ba´ak que celebran en el pueblo desde 150 años, así lo mencionó Hernesto Pool, promotor local de la tradición. 

"Nos basamos en la cosmología maya, que aseguraban que los muertos tenían más allá de una vida. Con esta tradición de tenerle culto a los muertos, entendemos que existe vida después de la muerte, que existe el paso del inframundo y luego regresa de nuevo", así lo explicó a BBC Mundo. 

Esta tradición inicia desde octubre, donde las familias acuden para realizar limpieza de huesos de sus difuntos y prepararlo para el 31 de octubre y el primero de noviembre, días en los que creen que regresarán los niños y adultos. 

La mayoría decoran con flores y velas, así como paños bordados o pintura con flores y el nombre del difunto sobre el que reposarán los huesos limpios y que permitirá retirar el uso el año anterior. 

Ricardo Yam, quién trabaja en pintar los nichos y cada año limpia los huesos de su hermano, comentó que "Con la limpieza es como si se les bañara y con el nuevo paño es como cambiarles la ropa, porque están a punto de venir de visita y tienen que estar preparados. Las veladoras se ponen para que vean el camino y puedan regresar con nosotros".

Para algunas personas es difícil ocuparse de limpiar los restos de sus familiares, por ello piden ayuda al sepulturero del cementerio, Venancio Tuz, quién limpia los huesos de quién lo pida en menos de quince minutos. 

Venancio explicó que la forma de limpiarlos es como si estuvieran de pie, los limpian de abajo para arriba, por lo que lo último es el cráneo que va arriba en el centro, además comentó que deben pasar tres años desde la muerte de la persona para poder realizar la primera limpieza de huesos. 

Ante lo que podría ser para los extranjeros alguna tradición extraña, ellos responden sin dudar que no es algo que debería dar miedo, que en Pamuch respetan a la muerte y le dan el valor que merece, que es el paso de la vida.