Este es el capítulo del programa de Silvia Pinal que impactó en ella

El programa debutó en 1986 con un enfoque inicial en las historias de los sobrevivientes del terremoto de 1985. Sin embargo, el éxito de audiencia llevó a los guionistas a explorar otras temáticas, abordando problemáticas sociales más amplias y controversiales.

De los numerosos episodios transmitidos a lo largo de sus 21 años de historia, pocos generaron el impacto de “Un Ángel Sin Luz”. Estrenado en 1998, este capítulo abordó el tráfico de órganos infantiles, un tema que, aunque rodeado de leyendas urbanas, reflejaba un temor profundo de la sociedad de la época.

Conocido popularmente como El Niño del Globo Rojo, el episodio sigue a “Ángel”, un niño de bajos recursos que vive con su madre (Patricia Reyes Espíndola) y su hermana (Violeta Isfel) en una vecindad. El deseo del pequeño por tener un globo para jugar se convierte en el eje simbólico de la trama.

Un día, un desconocido intenta atraerlo ofreciéndole globos, pero inicialmente fracasa. Sin embargo, al día siguiente, mientras “Ángel” y su hermana van solos a la escuela, el niño es secuestrado. La angustia de su familia los lleva a las autoridades, pero la falta de apoyo solo intensifica su impotencia.

Semanas después, “Ángel” regresa inesperadamente a casa. Sentado frente a la puerta, lleva un globo rojo amarrado a su brazo y una caja con dinero. Su madre, al descubrir que sus ojos están vendados, comprende que fue víctima de una operación para extraerle las córneas.

El capítulo concluye con una escena desgarradora: la madre, en un acto de desesperación, quema el dinero mientras “Ángel” pregunta inocentemente por el color del globo.

La transmisión de “Un Ángel Sin Luz” desató una psicosis colectiva en el público, algo que ni Silvia Pinal ni la producción habían anticipado. Este episodio, con su poderoso mensaje social y su cruda narrativa, sigue siendo recordado como uno de los más impactantes en la historia de Mujer, Casos de la Vida Real.