Defiende Ortega propuesta contra violencia vicaria: "no es ideología"

La legisladora recordó aquella sesión ordinaria en Congreso del Estado, en donde alertó sobre el aumento en los casos de hombres que, involucrados en procesos judiciales, simulan un cambio registral de género para evadir la justicia, acceder a espacios institucionales de protección para mujeres y, en algunos casos, reclamar reconocimiento como sujetos protegidos por la Ley Vicaria.

Al finalizar su posicionamiento, el diputado Carlos Olson San Vicente, del Partido Acción Nacional (PAN), subió a tribuna y acusó que la propuesta de Ortega Máynez buscaba perseguir a los hombres por razón de género. De forma que el exhorto fue desechado al contar con los votos de las fracciones del PAN y del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Desde aquel entonces —dijo— ella misma ha sido objeto de ataques, campañas de desinformación y «discursos que buscan minimizar una problemática profundamente documentada», a pesar de que, en la lectura de la iniciativa, «el tema de fondo era el uso indebido de herramientas jurídicas para perpetuar ciclos de control y agresión».

La congresista argumentó en esta ocasión que la violencia vicaria no supone un concepto ideológico, ni una narrativa partidista, sino una forma de violencia de género reconocida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por su definición, hace referencia a situaciones complejas en que, luego de la separación, los hombres atacan por medio de sus hijas e hijos a las mujeres en el plano emocional y jurídico.

En respuesta a quienes comparan esta iniciativa con la figura de alienación parental, hizo énfasis en que este concepto no guarda validez científica, al grado de que no forma parte del marco jurídico en México, además de que lo han rechazado organismos como la Organización de las Nacionales Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Mencionó que, por el contrario, «la violencia vicaria está respaldada por evidencia judicial, académica y psicológica, y visibiliza una realidad que ha permanecido ignorada por demasiado tiempo». En tal sentido, afirmó que reconocer esta forma de violencia no implica negar que los hombres atraviesan también por situaciones familiares complejas, sino que el sistema de justicia no ha operado con equidad a lo largo de la historia.

«Muchas mujeres han sido doble o triplemente revictimizadas: primero por la violencia, luego por el aparato judicial y finalmente por discursos que las acusan de manipular a sus propios hijos. [… Legislar con perspectiva de género no es legislar contra nadie. Es construir el piso parejo que aún no existe. La igualdad sustantiva no se alcanza negando las diferencias estructurales, sino corrigiéndolas con mecanismos específicos, hasta que podamos hablar realmente de relaciones equitativas en lo legal, lo social y lo familiar. La desinformación no debe guiarnos como sociedad», aseveró.