Posverdad

El anuncio de Claudia Sheinbaum para eliminar la reelección y frenar el nepotismo político sacudió las estructuras de todos los partidos. No es un tema menor, pues durante años el reciclaje de políticos y el pase de estafeta dentro de las mismas familias ha sido una práctica común, no solo en Morena, sino en el PAN, PRI, PT y demás fuerzas políticas.

En Chihuahua, el PT se verá especialmente afectado, ya que su modelo se ha basado en candidaturas “de casa” y en la repetición de cuadros en el poder. Lo mismo ocurre con varios grupos de Morena que han hecho de la reelección una estrategia para conservar posiciones.

A nivel federal, el mensaje ya está claro: la iniciativa se aplicaría hasta 2030, lo que da un margen de maniobra de cinco años más. Tiempo suficiente para que los grupos políticos se reacomoden, pero también para que algunos busquen la manera de sacarle la vuelta.

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Con el banderazo de salida de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, que encabeza Raquel Buenrostro, la captura del INAI está en marcha. El plan es claro: desaparecer al organismo autónomo y trasladar la gestión de la información pública a un órgano desconcentrado de la nueva dependencia, bajo el nombre de "Transparencia para el Pueblo".

La presidenta Claudia Sheinbaum ya envió la iniciativa para oficializar la jugada, mientras en el INAI ven cómo se les escapa el poder. No es un secreto que el organismo tenía detractores, pues su efectividad siempre fue cuestionada, pero ahora la duda es otra: ¿se garantizará el acceso a la información o será transparencia a modo?

Mientras los defensores de la transparencia buscan argumentos para frenar la movida, la realidad es que pocos ciudadanos saldrán a protestar por el INAI. Al final, el gran reto será ver si el nuevo modelo realmente funciona o si solo es una maniobra para cerrar la llave de la información incómoda.