En estos días conmemora la Iglesia la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, y es la semana más importante del año por los misterios que recuerda.

Este domingo inicia con el Domingo de Ramos, en memoria de cuando ingresó Jesucristo a Jerusalén donde los habitantes le recibieron con palmas.

Es por ello que en el día celebra la Iglesia Misa y realiza la procesión y bendición de palmas.

El significado de la procesión es dejar entrar a Jesucristo a la conciencia de cada persona para comenzar la reflexión en este tiempo.

A la semana le sigue el Lunes Santo donde dirigió Jesucristo algunas enseñanzas a los ciudadanos de Jerusalén y parábolas respecto a su Iglesia.

El Martes Santo es cuando le enfrentan fariseos y ancianos que le cuestionan su autoridad para predicar y hacer milagros, además de que le preguntan sobre el pago del tributo a modo de ver si es el libertador que esperaban algunos hebreos que les daría el poder político y militar.

Sin embargo, para sorpresa de los hebreos que querían tomar las armas contra los romanos, Jesucristo les responde sobre el pago del tributo que “dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, lo que también liga más tarde la liturgia a “Mi Reino no es de este mundo” y “no tendrá fin”.

El Miércoles Santo es día de penitencia, al ser vísperas de la Pasión.

El Jueves Santo es el lavatorio de pies, bendición de óleos, la oración en el Huerto de los Olivos (Getsemaní) y la institución del Sacramento de la Eucaristía y el misterio de la Transustanciación, al celebrar la última cena donde pide a sus discípulos comer de su carne y beber de su sangre y luego “haced esto en memoria Mía”.

El Viernes Santo es la Pasión de Cristo, el único día donde no se celebra Misa aunque llama la Iglesia a acercarse a rezar y hacer penitencia por los pecados.

Los ornamentos son negros de luto, al traer a la memoria de los fieles el juicio, la flagelación, la corona de espinas, el camino con la cruz a cuestas y finalmente la crucifixión, con lo que muerte de Jesucristo, con la inscripción en romano “INRI” sobre la cruz, que significa “Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum”: Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos.

El Sábado Santo también es llamado Sábado de Gloria, ya que recuerda que Jesucristo abrió las puertas del cielo a los santos que esperaban al Mesías en el Seno de Abraham.

El Domingo de Resurrección es el último día de la Semana Santa y el día más importante del calendario litúrgico porque recuerda que Jesucristo resucitó, con lo que se cumplieron todas las profecías. Esta fiesta es para acercarse a renovar los votos del bautismo y la confirmación.

Además en el ámbito profesional es tradición en México dar algunos de estos días de descanso a los trabajadores, así como vacaciones a alumnos de todos los niveles educativos.

La costumbre nació a raíz de que patrones querían permitir a sus trabajadores reflexionar en la Semana y poder asistir a los festejos y recomendaciones de la Iglesia.