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Yakuza, la mayor mafia japonesa, en crisis; hasta roban para comer

La red mafiosa japonesa ‘Yakuza’ entró en crisis, y es que su pérdida de influencia los ha hecho perder poder, al grado de parecer “delincuentes comunes”, pues roban hasta para comer.

Por: Redaccion 07 Junio 2017 11 14

Los gángsters de Yakuza se quejan de la decaída, pues ya no inspiran el temor de antaño, escribe el periodista Mijaíl Tischenko en la revista en línea Republic.

Según escribe el periodista, el pasado 25 de mayo sorprendieron a dos miembros de la facción  Yamaguchi-gumi de la Yakuza en pleno robo de una cesta con alimentos en un supermercado.

Inclusive los dos sujetos estaban acompañados de su jefe. La Policía de Tokyo los arrestó a todos.

Uno de los detenidos confesó a la Policía que al grupo le va tan mal que "se ven obligados a robar comida".

Yakuza era de los mayores grupos delictivos del mundo y no frecuentaba robar en este sentido, sino que se financían de chantaje, proxenetismo o juegos de azar.

Satoru Takegaki, exgángster de Yakuza, afirma que el cártel ha “perdido valores”, pues "ahora solo el dinero es importante, no la deuda y los sentimientos".

Tan sólo el brazo de la red mafiosa ‘Yamaguchi-gumi’ ingresaba decenas de miles de millones de dólares al año de sus actividades ilícitas, siendo comparables a los ingresos de los carteles mexicanos de la droga.

Además Yakuza envejece, pues en 1963 tenía 184 mil miembros, aunque según estimados de la Policía japonesa, sólo quedan 40 mil seguidores.

Influye la falta de jóvenes, pues ya son más del 40% mayores de 50 años. Destaca el artículo que leyes diversas han mermado a Yakuza en cuanto a la captación de jóvenes.

Anteriormente atraían a los jóvenes con una carrera de gángster con la posesión de riquezas, la popularidad entre las mujeres o los coches de lujo. Esto cambió y ya no se corresponde con esta imagen, indica Tischenko.

Las leyes aprobadas en el 2008 y 2012 prohiben hacer negocios con partidarios de la mafia, es decir, abrir una cuenta bancaria o tarjeta de crédito es prácticamente imposible si es partidario de Yakuza.

Estas restricciones provocaron situaciones como la incapacidad de algunos jóvenes pandilleros de reservar hotel en Tokio, lo que les obligó a pasar la noche en un coche.

Por ello empezaron a ocultarse, a eliminar logos, a dejar de tatuarse (en los saunas de Japón prohíben entrar a quienes tienen tatuajes relacionados a la mafia).

Ahora ni siquiera" se puede hacer "una tarjeta de visita" y "un miembro de la yakuza sin nombre no inspira demasiado miedo a la gente". "¿Para qué estamos pagando? El mismo éxito tendríamos si nos hiciéramos simples delincuentes comunes", concluye un mafioso de este grupo, según relató el periodista.


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