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Los peores regalos que puedes dar el Día de la Madre

Son muchas las cosas que pueden salir mal pero articulistas coincidieron en cuáles son los peores regalos para dar en un Día de la Madre. Incluso incluyen algunos casos reales insólitos.

Por: Redaccion 09 Mayo 2017 17 11

De acuerdo a “UnoCero” son siete los peores regalos que se pueden hacer a una madre en su día, para que cuides que regalas mañana, o para que al menos cambies de obsequio en caso de tener uno de esta lista.

Los siete peores regalos son:

-Licuadoras. Por muy novedosas que sean, pueden resultar en un error al creer que son del agrado de las mujeres del hogar.

-Vajillas. Salvo algunos casos, entra en las mismas razones que las licuadoras.

-Películas y discos piratas. Además de que suelen ser de mala calidad, muestra poco interés por dar un buen regalo. En caso de buscar algo económico es mejor una carta o algo simple que dar alguno de estos discos poco elegantes.

-Productos para bajar de peso. Pueden dar un mensaje equivocado, ya sea un producto “milagroso” o una báscula o cualquier cosa relacionada.

-Perfumes, sobre todo, de imitación. Salvo que sepas cuál es su favorito o que estés seguro/a (algo difícil) de que le gustará, es un regalo que resultará en un desperdicio de dinero o incluso en obligar a tu madre usar por compromiso un perfume que le desagrada.

-Maquillaje genérico. En caso de regalar un kit de maquillaje, debe revisar que sea de calidad, pues un mal maquillaje es un presente poco elegante (como en el caso de películas piratas) o uno que no usará (como con los perfumes).

-Libros de autoayuda. Al igual que los productos para bajar de peso, pueden ser un mensaje equivocado, además de que denota poco esfuerzo por ser creativo.

Recomendaciones: Desde una carta, llevarla a comer a un lugar que ella quiera, alguna manualidad o algo, por muy simple que sea, sobre lo que estés seguro de que a ella le gustara; son opciones siempre viables de regalo.

Casos reales de peores regalos.

‘El País’ presentó por su parte una lista de regalos que entregaron hijos a su madre en el día, los cuales resultaron casos insólitos.

Relatos de El País:

Un vestido… de liquidación: Teresa (41 años): Mi hijo me regaló un vestido precioso, pero dos tallas más pequeño. Era de una marca carísima y me sorprendió, pero al ver el error de la talla (era una 38 y yo estoy entre la 42 y 44) le dije: ‘Cariño, es un regalo fantástico, pero papá va a tener que ir a cambiarlo por otro un poquito más grande’. Mi marido rápidamente matizó: ‘No, no aceptan cambios porque estaba en liquidación, pero era una buena ganga y pensé que ya perderás unos kilillos este verano’. Me dejó sin respuesta, y me sentí un poquito insegura.

Un videojuego: Verónica (49 años): Mi hijo, de 14 años, me llevaba preguntando un día sí y otro también si le podía comprar el videojuego ‘Battlefield’. Era un bombardeo constante, pero mi respuesta siempre era la misma: ‘Absolutamente no, es para jugadores de 18 años’. Llegó el Día de la Madre, y evidentemente me lo regaló. Me hizo reír como hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Unos bombones... sin envolver: Mirta (51 años): Cualquier cosita me va a hacer feliz, eso lo sabe mi familia, pero hay algo que no puedo soportar: un regalo sin envolver. Cuando, el año pasado, mis hijos me llevaron a la cama una caja de bombones sin ningún envoltorio, me desilusioné. Sobre todo porque demuestra desinterés, como que lo han comprado deprisa y corriendo.

Un desayuno… sin limpiar la cocina: Lina (34 años): Un desayuno en la cama suena a regalo perfecto, sobre todo con tortitas con nata hechas por tus propios hijos. Pero no lo es tanto cuando, al levantarte, te encuentras con una cocina que parece haber sido bombardeada, y que tus queridos niños y su padre ya han huido de la escena del crimen, dejándote el marrón (y nunca mejor dicho). Todavía recuerdo aquel sirope de chocolate, mezclado con pegotes de harina, pegado por el suelo de la cocina.

Una suscripción de un año a un gimnasio: Marta (31 años): Mi peor regalo, sin duda alguna, fue una suscripción de un año a un centro deportivo. Fui los tres primeros meses, por no tirar el dinero, pero al final me rendí, básicamente por falta de tiempo y motivación. Es como si hubiera tirado un regalo a la basura.

Entradas para Bruce Springsteen… en otra ciudad: Silvia (50 años): ¿Puede el peor regalo ser al mismo tiempo el mejor que me han hecho? Me explico: mi hija estuvo ahorrando bastante tiempo para comprar 2 entradas para el concierto de Bruce Springsteen. Nunca había asistido a ningún concierto suyo, pero mi hija, al comprar las entradas, se confundió y las cogió para el concierto de Barcelona, en lugar de Madrid, que es donde vivimos. Al final terminé pagando billetes de avión, noche de hotel y cena en Barcelona. Me salió caro, pero fue genial.


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