Acusan a general de comprar armas ilegales; unas fueron a Chihuahua

Declaraciones de testigo a la fiscalía de Stuttgart, Alemania, señalaron que el general mexicano Humberto Guillermo Aguilar recibió sobornos de la empresa alemana Heckler and Koch (H&K), compañía que entre 2006 y 2009 vendió armas a México, presuntamente de manera ilegal.

Proceso relata que las armas las vendió Heckler and Koch (H&K) a la Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones de la Sedena, que en esos años encabezó el general de División Humberto Aguilar.

En Alemania investigan el caso de exportación ilegal de fusiles de asalto G-36 y armas cortas de la firma H&K a México entre 2006 y 2009.

El general Aguilar, hoy retirado, fue oficial mayor de Sedena y recibió por cada fusil vendido a México 25 dólares de soborno, así como 20 dólares por cada arma corta.

El medio mexicano expresa que “el testigo, cuyo nombre se omite en el documento, se enteró de los sobornos por el representante de H&K en México, Markus-Joachim Ban­tle”.

El cuestionario de la fiscalía al testigo contiene las siguientes declaraciones:

–En sus consideraciones del 17.02.2008 usted menciona el siguiente hecho: que el general Aguilar, jefe de la DCAM, recibió como soborno de parte de Bantle 25 USD por la venta de cada unidad de G36 y 20 USD por la venta de cada arma corta. ¿De dónde lo sabe?

–Eso lo sé por el propio señor Bantle. Ya en 2005/2006 él me lo habría mencionado; y las cantidades me las comentó por ahí del 2006/2007. Bantle también me dijo que el señor Haas tenía conocimiento de ello.

–¿Conoce detalles sobre si esos sobornos se dieron antes o después de haber cerrado el contrato de venta?

–No.

Chihuahua en el caso

La Sedena reconoció en 2015 que al menos 4 mil 700 de esas armas exportadas por H&K a México fueron a parar a Chihuahua, Guerrero, Chiapas y Jalisco

El Consejo de Seguridad Federal de Alemania, que integra ocho ministerios y autoriza exportaciones de armas a países “terceros”, como México, autorizó la venta de armas, siempre que no llegaran a Chihuahua, Jalisco, Chiapas y Guerrero, por considerar que en tales entidades violaban los derechos humanos.

Sin embargo la orden no se cumplió y las armas llegaron a esos estados.

De hecho en el 2012 hubo choque de policías municipales de Chilpancingo con estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, que luego desaparecieron.

“El diario alemán TAZ comprobó, a partir de fotografías del suceso, que los uniformados portaban fusiles de H&K”, recuerda Proceso.

En otro caso ese mismo tipo de armas las descubrieron en Tixtla, Guerrero, otro estado prohibido, donde guardias de autodefensa tenían dos fusiles G-36 de H&K, que luego decomisaron policías municipales.