Tomar menos agua en invierno trae daños a tu piel

Las bajas temperaturas deterioran el equilibrio del manto hidrolipídico y favorecen la sequedad en la piel, por esto es necesario tomar mucha agua.

Esta capa superficial de la piel funciona habitualmente como barrera elástica que nos protege de invasiones externas a la vez que evita la pérdida de la humedad interior.

El frío provoca la vasoconscricción de los capilares exteriores. En otras palabras: el organismo bloquea las pequeñas venas que llevan sangre a las capas superiores de la piel para evitar perder temperatura que pudiera comprometer a todo el organismo.

Los cambios de temperatura bruscos, como salir de algún edificio con calefacción a las calles con frío y viento, también alteran el normal funcionamiento de los mecanismos de hidratación, por lo que médicos recomiendan tomar bastante agua durante el día, incluso incluirla en alguna comida, en vez de café, té, ponche, soda u cualquier otra, con al menos de 8 vasos al día.